Miro atrás en el pasado,
pero ya no soy el mismo,
en mi interior algo ha despertado
ya que no pudo aguantar más este gran letargo.
Duros momentos he cruzado,
también buenos y de agrado,
heridas que en buena compañía han curado
pero no todas han sanado,
no han sido pasto del olvido
mas bien me han marcado y definido
en un antes y un ahora, dirigiéndome hacia mi futuro camino.
Niebla gris y espesa nubla mi visión,
me pregunto si el destino me desea compasión,
las praderas de mi pasado tenían diferente color,
pero se nublaron de dolor.
Los suaves rayos de luz se fueron ocultando
volviéndose todo de un tono oscuro
mi corazón estaba temblando,
mi alma llorando.
Las gotas de lluvia permanecieron en mi interior,
aún siguen aquí hasta el día de hoy,
aunque no se lleguen a apreciar desde el exterior.
Los cálidos momentos se abren paso en forma de rayos de luz entre las nubes,
devolviendole brillo y color a mis sentimientos,
pero la oscuridad no es eterna,
la hierba puede otra vez crecer tranquilamente en mi pradera,
mirando siempre hacia el cielo,
pero lo que aún no se es que le deparará este futuro incierto.
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